Nos mareamos
por Emilio Luzbel
Me mareo, Virgencita.
Sosteneme con tus palabras que me caigo.
Sostenenos que vamos a parar al piso, la botella y yo.
No sé qué me marea más, Virgencita, si la botella o tu sonrisa.
Tal vez sea tu mareo, y que te sostengas en mí, y que nos riamos así, y rodemos al piso todos: vos, la botella, y yo, y las sonrisas, Virgencita.
Porque nuestras bocas hablan, y podemos sentirlas hablar, tan cerca que queman.
Aunque callen las palabras, Virgencita, y el silencio sea poesía, y nuestros labios melodía, y tantos besos sonando en silencio en nuestros cuerpos, Virgencita, como si callaran las palabras. Como si los besos hablaran mejor.
Vos lo sabes igual que yo, Virgencita, tu alma y la mía se acostumbraron a abrazar el dolor, a través del tiempo y las alegrías. Siempre el dolor con su pinchazo en el pecho. Ese gusto amargo que no se va con los besos que te roban.
Yo también los sé, Virgencita. Pero hoy tus labios están dulces y tu sonrisa brilla como mis ojos mirándote. Estás tan dulce, Virgencita. Tu boca es champagne, y me marea.
3 comentarios:
El reencuentro. Nada mejor que el reencuentro después de un largo trecho por la confusión? soledad?, Qué más da si finalmente un reencuentro habrá.
Hermoso texto. Me hizo acordar de una situación y con ellas, sensaciones que extrañaba.
Internet me sorprende cada vez que me encuentro con estas palabras tendidas, esperando a que alguien las active en su memoria.
y que siga siendo esa misma virgencita
"Una de las leyendas más emblemáticas del rock nos hablan sobre los mensajes subliminales de los discos pasados al revés....
aún recuerdo ese long play de ozzy osbourne que pasado al revés te daba la formacién del chacarita campeón del año 1969...."
algo más de nuestro genio audiovisual je
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