5 de febrero de 2006

(#40) Sin Título

No pensé que finalmente tuviera razón. Cuando el punto de partido habia sido cero de nuevo, la que demostró sus miserias hacia este compromiso fuiste vos.
De repente me amaste, de repente me alentaste en mi chamuyo, y de repente te fuiste del bar riendoté.

Lo que dijiste temer que aflorara en mi, hizo eco en tus vulgaridades, así echaste tu suerte a rodar, y esta te dió la espalda.
Tus paredes de cristal caen ahora ante el pesa de la verdad, y no lográs excusarte en eufemismos y amores no ciertos. Entonces tus lagrimas corren ahora, disimulando sonrisas, y esperando con paciencia de viuida el proximo manjar intoxicable.

Quisiera verte cuando tu plenitud se apague y las sobras del festin no llenen la panza de un gourmet del asfalto. Quisiera, pero no me corresponde. Mi ciclo vital solo me impondrá ver mi propio dolor, cada vez mas enjaulado a dejarse ser ante ti, y no buscar la razon como camino de salvación frente a la agonía de estar preso de la inocente ilusión de pensar que algún día será mas divertido para ti quererme que traficar con mis sentimientos.

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