23 de noviembre de 2011

(#90) La Ciudad de los Pibes sin Calma

De las historias de los Humanos y el Viejo Mundo existe una en particular que reviste gran importancia para nosotros. Es la historia de una recóndita ciudad -cuyo nombre se ha perdido para siempre- abrazada por un río, de una región situada al sur del malogrado planeta Tierra.

Antiquísimas leyendas y pinturas centran el génesis de la ciudad en una aldea llamada Pichincha y retratan como desde grandes barcos que trepaban el río, emergían centenares de las mujeres más hermosas de todas las latitudes del antiguo Mundo que se entregaban indiferentemente a la prostitución o al amor.

El dios de los pichinchas era conocido como Negrolmédo, "dios de la algarabía y la amistad". Según la mitología pichinchezca, esta simpática deidad era capaz de convertir el agua en bebidas alcohólicas y a menudo tornaba el amanecer en atardecer para que la noche fuera eterna. Su milagro más importante fue, en un velorio, hacer reír hasta al muerto, reviviéndolo.

Alrededor de esta aldea donde los nativos vivían en permanente estado orgiástico y orgásmico comenzaron a asentarse forasteros que llegaban persiguiendo las leyendas pichinchezcas o simplemente sus bajos instintos. De ese mestizaje surgió una ciudad que, como ya aclaramos, no consta el nombre pero que los historiadores han llamado la Ciudad de los Pibes sin Calma, en honor a una grabación hallada recientemente. El gentilicio que reciben sus habitantes es "descalmados".

Siguiendo la tradición, la Ciudad de los Pibes sin Calma fue conocida y admirada por la belleza, cantidad y variedad de sus mujeres. Los descalmados tenían un dicho popular para referirse a esa cuestión: Tan toa wena, que en el dialecto nativo significa que todas las integrantes femeninas de la sociedad eran de buen ver. Otro motivo de orgullo de los descalmados era sus fuertes lazos amistosos. Tanto es así que instauraron el Día del Amigo como festividad más importante, luego adoptada por otras ciudades linderas a su territorio.

El sistema de honor que reglaba las relaciones de los descalmados se conocía como Los Códigos. Esta norma reglaba los conflictos que inevitablemente pueden surgir cuando existen amistades profundas y mujeres que, de tan bellas, eran capaces de quebrarlas. Los Códigos estipulaban que "la amistad está por encima de las mujeres, total mujeres hay de sobra". Gracias a este sistema legal la Ciudad de los Pibes sin Calma vivió épocas de auge y esplendor.

No obstante, hacia mediados de la era tardía, dicho sistema cayó -por motivos que no han sido esclarecidos- y se instauró uno nuevo, "Atodas". Este nuevo orden, que presuponía la libertad (o falta de castigo) de tomar a la mujer que se quisiera, aboliendo los lazos de pertenencia de las parejas y violando la amistad, no duró más de un siglo y condujo rápidamente a la decadencia de la sociedad descalmada. La Ciudad de los Pibes sin Calma fue escenario de una gran guerra civil que la llevó a la ruina y a sus habitantes a la extinción. Quienes escaparon fueron cazados en otras ciudades y países para evitar el contagio de un supuesto Virus Libidinoso que habría afectado a los descalmados y del que no se encontraron pruebas científicas.

Es el ADN de los hombres y mujeres de la Ciudad de los Pibes sin Calma el que se utilizó para crearnos y hacernos bellos y leales. Soy el Androide 7000. Me encuentro viajando hacia la era de los descalmados en la máquina del tiempo del Centro de Estudios de la Humanidad. Mi misión es recopilar información que permita evitar el advenimiento de un nuevo caos. Mi arribo esta previsto para el año 2010.

23 de noviembre de 2011

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