Ahí me di cuenta que valoraba mucho la compañía de mis amigos pero todavía me faltaba un pedazo de alma... Justamente el mas grande.
Apareció adelante de mis ojos justamente cuando la estaba buscando. Una especie de presentimiento me venia advirtiendo que la vería, pero no fue suficiente la advertencia para prepararme. Cuando venía pensando en cómo reaccionaría al cruzármela se me ahogó la imaginación.
Ahí estaba, caminando delante de mis ojos, con la mirada hacia otro lugar. Y cuando pensé que había seguido de largo, sentí unos brazos demasiado familiares en la espalda. Un abrazo ya demasiado conocido. En la escuela nunca me enseñaron a fingir cuando tengo el corazón hecho mierda. Dios tampoco te prepara para esas cosas. Te mete de una patada en el culo al mundo, y vos haces lo que podés.
Intenté mirarla a la cara, pero pude sostener la mirada dos segundos. Volver a darle un beso fue como renacer, y al mismo tiempo seguir muriéndome mas. Escuchar de nuevo esa voz fue el cielo, pero también sabía que quedaría dando vueltas por mi cabeza.
Estar ahí con tantas cosas para decir, y al mismo tiempo saber que no podría decir nada, fue la peor sensación de impotencia de mi corta vida.
Y así como apareció se mezcló de nuevo con la noche y se fue. Simplemente dijo "chau" y desapareció. Será que a excepción mía no tenia mucho mas para decir. Bueno, "chau de nuevo", pero de mi corazón nunca te fuiste.
Es totalmente improbable que me acuerde lo que le dije. Estaba demasiado ocupado tratando de ordenar tantos sentimientos juntos. Lo que si recuerdo es el vacío que quedo después, y lo recuerdo porque sigue latente. Y seguirá...
También recuerdo esas ganas que me atacaron de terminar conmigo mismo, de dejar de ser yo. Estar en otro lugar, a miles de kilómetros, solo, con otro cuerpo y otra alma... Una entera, preferiblemente.
Así que solo como quería estar, me fui. Caminando, sin mirar a ningún lado pero al mismo tiempo queriendo encontrarla de nuevo, con la cabeza flotando, pensando mil formas de llegar "por casualidad" a cualquier lugar donde ella estuviese. Me fui solo, acordándome de ese "chau", este ultimo. Y del otro también.
Ahora me acuerdo de algo que le dije: "Nos vemos".
En realidad lo dije por costumbre, pero ahora que lo pienso, no es así. No nos vamos a ver más. O quizás cuanto menos la quiera ver, mas chica se hará la ciudad, y mas cerca estará de nuevo, diciéndome "chau".
Esteban M. Landucci (6/3/5)
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