(#37) Nada Soy

No te voy a prestar mis lágrimas para que llores
tu desesperación.
No me voy a quedar mirando como te ahogás
en humillación.
No voy a darte, por hoy, un sueño para soñar.
No quiero ser para siempre el que no te pudo salvar.
Temés hacerte fuerte y mirar el porvenir.
Por mas que algún día vuelva ya no podrás reír.
Tu vida se consume entre risas de copetín.
El silencio de los pájaros anuncia, lento, tu fin.

¿Por qué me parece estar siempre en la misma cuadra?
¿Por qué el sol es mas lindo reflejado en tu cara?
Debe ser que algo me está tirando para atrás.
Debe ser que aunque intente ya no puedo volar.
Todavía no entiendo porqué te dejé ir.
Todavía no encuentro una forma de sonreír.
Tendré que entregarme a un limbo criminal.
Donde solo haya amigos y nada me haga mal.
Porque no puedo aprender a combatir la soledad.
¿Porque todo lo que amo se destruye al final?

Sé que no es admirable mi sincera soledad.
Sé que seguramente en silencio disfrutarás.
Pero tendrás que conformarte con morir de dolor,
cuando tu brillo calle y se apague tu esplendor.
¿A quién correras, llorando desesperada?
¿Adónde? Si al lado tuyo ya no hay nada.
Comprenderás al fin que no fui tan malo,
y que los peores errores son los mas humanos.

Ya no te pediré nada, porque nada soy.
Ya no acudiré al olvido, al menos por hoy.
Intentaré dejar morir en paz a mi corazón.
Alejandome de todo hasta perder la razón.
Tendré para siempre guardada una ilusión.
Será lo que me acompañe en la desolación.
Y cada vez que te sueñe desgarrado de dolor,
sabré que perdí mi ángel, y nada podrá ser peor.

Esteban M. Landucci 23/10/05