6 de julio de 2006

(#44) (Sin titulo)

Ahí estás, encerrado en tu tumba de puertas que pueden abrirse. Respirando el aire maldito, pesado, que lleva en su inconsistencia la fragancia de tu odio y las vibraciones de tus nervios doblegados.

Sentado en el sillón que ya no te parece un lindo adorno ni un buen pensadero, escuchando el lenguaje de la casa, esperando por tal o cual ruido de llaves o cerraduras que anticipen una salida; ahí estás... Con la ventana que brilla dorada y los pájaros casi dentro de tu cabeza riendo, celebrando.

Ahí estás, esperando que las horas traigan otro día, o quizás un sueño, o una razón para que esto deje de suceder. También está tu cama, donde temes que la angustia te quite la respiración, donde el insomnio te gana sin esfuerzos.

Ahí estás, encerrado en tu cabeza llena de recuerdos que no valen nada porque el criterio de otros lo dice. Ahí estás vos, recuerdo de lo que eras, que tampoco vales nada.

Ahí está, apuntando a tu garganta, el puñal que te regaló el abuelo, hoy a punto de morir, igual que vos. Ahí están las lágrimas, la sangre, el arrepentimiento, tus amigos, la redención, la gloria, la asfixia, la sangre.

Ya no estás más.

E.M.L.
6 de Julio de 2006

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