Jazmín
por Emilio Luzbel
¿Para qué corres, Jazmín? ¿Y adónde corres? La calle está empapada y te podes resbalar; la cuadra está bien iluminada y mi vista es infinita. Atraviesa remordimientos, culpas, arrepentimientos. Ni la alegría me nubla los ojos. Puedo dejar de mirarte, si quiero, pero vos no podes dejar de correr, alejándote inútilmente de mi, y yo igual voy a seguir mirándote. Tocándote.
Entonces, ¿para qué corres? Estás equivocada si pensás que esto es una carrera. Acá la meta es la partida, y los obstáculos la huída. Y si en vez de alejarte pensás en hacerte fuerte e inmune, tenés que saber que yo siempre seré tu debilidad, tu talón de Aquiles. No importa que seas gigante, o poderoso, no podes deshacerte de mí. Formo parte de vos, aunque hayas cambiado, Jazmín. Aunque hoy por hoy no harías esas estúpidas travesuras peligrosas. Creciste, maduraste... O a lo mejor solo te asustaste, y juraste en tu habitación, cueva de tus lágrimas, que no lo harías nunca mas, y pediste por favor que nadie se enterara. Pero alguien siempre se entera. Yo, sobretodo. Yo tengo pajaritos de primera mano que me cuentan todo. Quizás yo también estaba ahí, en tu habitación. Quizás estoy en todos lados. O quizás me lo contó un pajarito, o vos misma, Jazmín. Y por eso no podes escapar.
Eso no quiere decir que no lo podes solucionar. Al contrario. Pero sería más fácil si te dejaras de correr todo el tiempo. A mi no se me agota la energía, pero si la paciencia. Y a los dos se nos acaba el tiempo, Jazmín. Se nos acaba, ¿entendés? Por eso necesito que te des vuelta y te dejes de correr, Jazmín, y de una vez por todas me enfrentes. Sé que puedo darte un poco de miedo, y pocas veces los encuentros conmigo son del todo agradables, pero consideralo una charla de negocios. Pone tu mejor cara, escuchame, aprendé de mi y confía en vos. Soy tu pasado, Jazmín. Aceptame y avanza.
26 de octubre de 2006
No hay comentarios.:
Publicar un comentario