19 de diciembre de 2006

(#54) El Sabio

El Sabio (o “Vencedor Vencido”)
Emilio Luzbel

Siento haber librado ya la batalla de la identidad, de la cual se sale con esas heridas que conforman nuestro carácter y relativa sabiduría. Me siento en control de mi espíritu lo suficiente para sobrellevar las derrotas y de las victorias no hacer mucho espamento; quiero que estas sean sacrificadas y sometido su festejo al principio de humildad.
Ser imperceptible entre las masas, pero intentando no pertenecerles, ni aún desarrollándome dentro de ellas. Forjar una existencia al margen de las utopías (ambos términos son antagónicos) y levantar las armas sólo ante lo injusto, no a favor de lo inalcanzable. Todo esto quiero.

Será quizás este un sometimiento de mi personalidad romántica, lo admito. Pero en virtud de ese romanticismo puedo abogar diciéndome que tal sometimiento no fue consumado por mi pasividad. Mi tenacidad fue tal que la realidad tuvo que apelar a la diplomacia. Dije que aceptaba endurecerme, pero perder la ternura jamás, y la realidad aceptó.
Quiero creer que cada etapa que deje superada en el pasado me cambiará, y que el presente me encuentre siempre igual: un niño despierto, un chico inteligente, un joven intelectual, un hombre culto, un viejo sabio, y luego, cuando mi pensamiento ya no piense, una persona recordada.

Todo aquello que conforma mi deseo, está en alguna parte del incierto, decidiéndose a existir. Pero aprendí que por más que mire adelante, el futuro no me atañe. Hay más cosas sucediendo bajo mis pies que sobre mi cabeza, y gastar preocupación por lo que viene, en el caso de las cosas buenas, es descuidar su desarrollo e impedir su potencial existencia.
Me encargaré de sufrir nuevas heridas, cada una a su tiempo, y aprenderé a levantarme aún vencido, pues ello será lo que me haga evolucionar, y me cuidaré de las victorias pasajeras, que empalagan el alma y velan la razón.

19 de Diciembre de 2006