Despedida
(Gualicho de olvidar)
por Emilio Luzbel
En esta despedida no hay lágrimas tímidas ni sonrisas melancólicas. Tan solo rencores sacudiéndose en el viento como pañuelos. No faltan tampoco orgullos blindados en alegrías fingidas desmedidas. Ni frases tales como “no volveré jamás” dejadas como señuelos.
No quedaran arrepentimientos, ni buenas suertes, ni charlas cordiales. Solo esta carta infinita llena de puntos finales. Y en el aire un gol que ninguno de los dos grita, decretando la derrota de este amor que después del alargue perdió por penales.
También los besos que dejamos huérfanos en los cines y las veredas. Mis pésimos poemas improvisados en la memoria del celular. Los otros labios buscados para consumar venganzas efímeras. Esos pecados olvidados que quedan por olvidar.
Las ansias de su cuerpo que desde el primer día no me deja de maravillar. La magia que había entre ella y yo cuando éramos nosotros. El odio que creé para no poder recordar, que el pijama que le regalé se lo verán puesto otros.
Termina esta corta confesión de desdichas en forma de gualicho. Si volviera a caer en sus encantos que me visite la parca. De nada me arrepiento de lo que he dicho y hecho. Excepto haber permitido que esta sea agonía tan larga.
14 de junio de 2007
1 comentario:
:(
"LA DECISIÓN", por más q haya sido azarosa (cosa q no creo), voluntaria o forzada es una decisión. Terminar algo hermoso se hace extenso y caprichoso.
Expresas muy bien los sentimientos, como si fuese que la situación misma estariass exhibiendo.
SINCERO
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