(#72) Sobrevivir

Sobrevivir
por Emilio Luzbel

Mientras va corriendo piensa en lo que una vez le dijeron: “lo único que importa es sobrevivir”. Pero ya está podrido de correr. Cuando no comés todos los días lo único que te mantiene vivo es ese instinto primitivo de no morir. Pero estás en problemas, piensa, cuando tu forma de vida no tiene mucho que envidiarle a la muerte. “Estás frito, angelito”, se dice, porque sobrevivir es escapar, vivir escapando de los putos de la terminal, de los palos de la cana, de los delirios del pegamento, de los hijos de puta de la Iglesia, de los giles a los que le roba…

Está podrido de correr. Lo único que comió fue unas líneas de merca para ponerse bravo. Y va pensando en que el debería estar corriéndolos a ellos; él, que es un monstruo social, que no tiene esposa e hijos esperando que vuelva, ni ganas de vivir; él, que sabe que no hay esfuerzo que valga la pena si la única vida que conoce es comer la basura de otros; él, que se frena y se esconde atrás de un tapial.

Y mientras recupera el aire piensa en los que vio morir de hambre, los que se consumieron por la droga y se los devoró la calle, los nenes chupándosela por plata a los viejos de mierda; y los escucha pasar pensando “la ley de la calle la hacen los de la calle”. Sale de su escondite y, ahora sin pensar en nada, sin escaparse de nadie, les llena las espaldas de plomo.
Ve a los putos vigilantes ahí tirados desangrándose, todavía vivos y piensa “estás frito, angelito” y vuelve a disparar.

13/4/09