9 de noviembre de 2011

(#87) Espigón


Espigón,
espiga clavada en mi corazón,
rincón siempre dorado,
con barcos que pasan flotando
llevándose consigo detrás
al Paraná.


Testigo amigo de risas
que se me pierden en la memoria
mientras proferimos nuevas.
Refugio de la necesidad de pensar.


Espigón,
en vos también lo encuentro al quía.
Sigo hablándole sin palabras
y él sigue escuchándome y riendo,
como si nada.


Espigón,
te considero mi hogar
anclado en el canal,
donde la catarsis es obligada
y se traga con mate cimarrón
y galletitas dulces.


Si todo fuera tan simple
como ver pasar el río,
un poco confundido,
pero no por esta asfixia
de viejos sinsentidos...


Si fuera un barco
podría llevar esta carga
más allá del Paraná
y dejarla en un puerto
para remontar liviano
el cauce de la vida.


Si fuera una canoa
y la vida me diera vuelta,
con unos días en tierra
podría curarme
y de vuelta lanzarme
a la pesca del azar.


Pero tengo estos pies
eventuales cenizas
que me llevan deprisa
a lugares sin nombre,
y esta cabeza, certeza
de ser un hombre más.

Blackbird (8/11/11)



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